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La endodoncia

¿Qué es una endodoncia?

La endodoncia supone una intervención realizada para intentar conservar un diente que de otra forma tendría que ser extraído. Consiste en la eliminación del tejido pulpar (ubicado está en el interior del diente y ocupa desde la corona hasta la raíz, conteniendo los vasos sanguíneos y los nervios), y así poder mantener este y su función masticatoria.

¿Por qué hay que realizar la endodoncia?

Una caries profunda o una infección causada por esta son los problemas habituales que llevan a realizar esta intervención, pero existen otros factores como el bruxismo (que conlleva un desgaste de los dientes), la abrasión o el dolor intenso al ingerir alimentos muy fríos o calientes causado por ejemplo, por algún traumatismo.

¿En qué consiste una sesión de endodoncia?

Primero se anestesia la zona con anestesia local y se procede a aislar el resto de la boca para que esta no se vea afectada por la intervención. Después se realiza una apertura en la corona de la pieza dental o se aprovecha un espacio, si ya existe, al haber a caries. Una vez hecho esto, se accede a la pulpa y se extrae, limpiando así la zona donde se encuentra el nervio y desinfectándola. Después se sella la apertura.
Mediante la gutapercha, un tipo de goma derivada del caucho se sella la parte final del conducto hasta llegar a la cámara pulpar para evitar que ningún fluido pueda llegar después a zonas no obturadas.
Finalizada la endodoncia, el diente debe ser restaurado en muchos casos para de darle un aspecto natural. La reparación de la pieza dental se puede hacer con incrustaciones de resina o con cerámicas. Estos dos tratamientos, más conservadores y estéticos que el uso de las coronas y fundas, solucionan tanto aquellos casos en los que los dientes han sufrido daños pequeños, como en aquellos en los que la pieza ha sufrido una gran destrucción y el espacio a cubrir es demasiado grande.

La intervención puede provocar, en determinados casos, un dolor leve en la zona tratada que no suele durar más de una semana.

¿Por qué me salen manchas en los dientes?

TIPOS DE MANCHAS EN LOS DIENTES

Las manchas en los dientes son uno de los motivos que pueden hacer que nos sintamos incómodos al sonreír, ya que son muy poco estéticas. Estas pueden aparecer por muy diversas razones, desde el consumo de tabaco y/o alcohol, pasando por el tipo de dieta que llevamos, hasta la ingesta de determinados medicamentos y la propia genética.

Prevenir su aparición es clave, como también lo es mantener una buena higiene dental, pero también existen tratamientos que pueden eliminarlas. A continuación te explicamos cuál es el origen de las distintas manchas que pueden aparecer en los dientes y cómo podemos tratarlas.

 

Para empezar, debemos distinguir entre tres tipos de manchas:

Manchas superficiales

Son aquellas que aparecen en la superficie de los dientes y son las más frecuentes. Suelen tener un tono marrón y se asocian con el consumo excesivo de determinadas sustancias como el tabaco, el alcohol o el café. Este último contiene colorantes que, además de afectar a los dientes, pueden alterar el equilibrio de la flora bacteriana y favorecer la aparición de sarro.

En la mayoría de casos, una limpieza dental es suficiente para recuperar una sonrisa sin manchas.

Asimismo, podemos encontrar manchas blancas superficiales. Aparecen en zonas aisladas y son el resultado de una descalcificación del esmalte dental. Es importante localizarlas, y por ello realizar revisiones con regularidad, porque puede ser el preludio de caries. También pueden aparecer manchas blancas como consecuencia de algún problema mientras se formaba la dentadura definitiva. Si se da este último caso, la solución a este problema es el uso de carillas dentales para impedir que se vean.

Depósitos blandos

Son las manchas que pueden aparecer alrededor de la línea de la encía, con un tono blanquecino u oscuro en función de cada paciente. Su causa puede deberse a la acumulación de bacterias y sarro en esa zona, por lo tanto el origen está en no mantener una higiene dental adecuada.

Estas manchas se eliminan fácilmente con un raspado o un pulido dental.

Manchas intrínsecas

En la superficie del esmalte también pueden otro tipo de manchas menos comunes, cuyo color suele ser blanquecino o marrón claro y que suelen ser causadas por un envejecimiento prematuro o el uso de algunos medicamentos, como los antibióticos.

Por último, las manchas amarillas en los dientes aparecen como consecuencia del propio deterioro del esmalte dental, que es la capa que protege al diente.

Este tipo de mancha suele ir acompañada de cierta traslucidez en los dientes y provocan cierta sensibilidad al frío, al calor y/o dolor al ingerir alimentos dulces.

Las causas más frecuentes de la aparición de estas manchas son la acción de sustancias o alimentos ácidos (como los cítricos o el vinagre) o el bruxismo ( rechinar de dientes).

En todos los casos te recomendamos que vengas a vernos para realizar un correcto diagnóstico y ofrecerte el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.

 

 

¿Cómo se lavan los dientes en otras culturas?

Seguro que más de una vez te has preguntado cómo se lavan los dientes personas de otras culturas que desconocen o no pueden permitirse el cepillo de dientes y la pasta dentífrica tal y como la conocemos.
La respuesta real es que todavía utilizan métodos antiguos para mantener su higiene bucal. Métodos que en su gran mayoría siguen siendo muy efectivos y que van a sorprenderte, seguro.

Muchas culturas indígenas que, aunque mantienen una dieta favorecedora para su salud bucodental, siguen usando huesos y plumas de animales para cepillarse los dientes.

En África, encontramos algunas tribus que acostumbran a limpiar sus dientes con miswakun palo que proviene de las ramas de un árbol llamado Arak, que tiene de por sí una alta concentración de fluoruro. Para poder cepillarse los dientes, cortan la corteza de una pequeña sección del palo, la mastican, la humedecen con agua y de esta forma obtienen un tipo de cerdas que les ayuda a eliminar los restos de comida. Con este método existe la posibilidad de que se rompan las encías por culpa de las astillas del palo, pero están más que acostumbrados a su uso y saben perfectamente cómo hacer que no ocurra.

En Namibia, usan ramitas de una planta llamada muthala, que elimina algunos patógenos que ocasionan caries, enfermedades de las encías e irritación de garganta. De hecho, existen dentífricos que contienen fibras y resinas extraídas de esta planta.

Los nativos de Pataxo, tribu de origen brasileño se conocen por sus dientes blancos, relucientes y sin caries. La razón primordial de esto reside en su alimentación, totalmente equilibrada sin rastro de azúcares, o harinas procesadas, causantes de muchos de los ácidos que crean cavidades en nuestros dientes. De hecho un estudio en 1942 demostró que los miembros de esta tribu poseían una vitamina llamada K, que impide la acumulación de ácidos en la boca y que es generada sobre todo por el consumo de alimentos como la mantequilla cruda, las yemas de huevo, el hígado de gallina o pollo, la fruta fermentada o la grasa animal en el que nunca se usaron pesticidas químicos.

En algunas zonas rurales de la India se utilizan ramas de anacardo, mango o cocotero para limpiarse los dientes. Por otro lado, los brahmanes y sacerdotes hindúes invierten una hora en limpiarse los dientes y lo hacen al amanecer y usando madera de cerezo. Sin embargo, los llamados Jains, otro grupo religioso hindú, se limpian la boca únicamente con los dedos.

En algunas otras zonas de la India, África y sudeste asiático usan barro, carbón, ladrillo, sal y ceniza como ingredientes para crear una pasta de dientes natural con la que limpiarse, lo que ocasiona muchas veces abrasión que deriva en algunas enfermedades como la recesión gingival y la sensibilidad a la dentina.

Sea como sea, debemos tener en cuenta que nuestra salud bucodental será siempre mejor si mantenemos una dieta equilibrada en la que la presencia de azúcares, bebidas carbonatadas y alimentos refinados sea mínima y siempre que lavemos nuestros dientes después de haber ingerido alimentos.

 

 

 

 

 

¿Qué alimentos son buenos y cuáles son nocivos para los dientes?

Dicen que somos lo que comemos. Si eso es cierto, debemos prestar especial atención a todos aquellos alimentos que ingerimos diariamente. Dejando de lado las cualidades nutricionales del alimento, cuando queremos prestar atención a nuestra salud bucodental debemos tener en cuenta que hay alimentos beneficiosos para nuestros dientes y encías, pues nos ayudan a combatir la acumulación de placa, y otros perjudiciales, ya que pueden provocar caries y otros problemas en nuestra boca.

 

Alimentos beneficiosos:

 

Frutas y verduras ricas en fibra: Especialmente las manzanas, la zanahoria y el apio, entre otras. Estos alimentos estimulan el flujo de saliva, que es una defensa natural contra la caries, ya que elimina la placa bacteriana y limpia nuestra boca de posibles restos de alimentos que se hayan adherido a nuestros dientes.

Productos lácteos: Nos aportan la vitamina D y el calcio necesario para fortalecer el esmalte dental. Especialmente el yogur natural, que posee fosfatos y caseína, importantes para remineralizar los dientes, y el queso, que ayuda a reforzar la superficie de estos.

Alimentos sin color como las carnes y pescados blancos, el arroz blanco, etc. Su beneficio reside en la no tinción de los dientes al carecer de pigmentos.

Chicle con xilitol y sin azúcar: Potencian la secreción de saliva, que es un gran agente antibacteriano, favoreciendo así la eliminación de los ácidos nocivos que hayan podido quedar en nuestros dientes después de una comida.

Debemos usarlos siempre que no podamos recurrir a una adecuada limpieza dental, nunca como sustitutivo de esta en condiciones normales.

Frutos secos: son ricos en magnesio, un mineral muy útil para reforzar la estructura dental.   

Alimentos ricos en fibra: cereales integrales y legumbres.  Al exigir un mayor esfuerzo al masticarlos promueven la producción de saliva.

 

Alimentos perjudiciales:

 

Cariogénicos: Son aquellos que favorecen la aparición enfermedades dentales, como la caries. Entre ellos cabe destacar las golosinas y los dulces por su elevado contenido en azúcar, que se transforma en ácidos y desmineralizan el esmalte provocando la erosión de los dientes; los hidratos de carbono complejos, como las patatas fritas, el pan, las galletas saladas o la pasta.

Aquellos alimentos que producen la erosión de los dientes: Los alimentos ácidos como las bebidas carbonatadas y azucaradas, las frutas ácidas como la naranja, el limón y el pomelo, el vino o los alimentos que contienen almidón, como el pan o el maíz. También hay que sumar determinados medicamentos que contienen sustancias ácidas.

Alimentos que tiñen los dientes: el café, los tés rojo y negro, los zumos de frutas de color oscuro, el vino, algunas salsas (soja, vinagre de Módena, curry, etc.) y algunos vegetales como la remolacha, etc.     

 

 

 

 

 

Qué deberías saber sobre tu salud bucodental si estás embarazada

Antiguamente se decía que cada embarazo supone un diente perdido. Obviamente esto no es real, pero sí lo es que la mujer durante el embarazo vive una serie de cambios hormonales que a su vez conllevan transformaciones en su organismo y en especial en la salud bucodental. Por ello, el embarazo no debe ser una excusa para abandonar o retrasar el cuidado de la boca, sino más bien todo lo contrario.

¿Es verdad que el embarazo tiene un efecto negativo sobre los dientes de la madre?

Los dientes de la madre no sufren como consecuencia del embarazo, ya que el bebé no toma el calcio de estos, sino de la dieta o los huesos de la madre.

Los posibles cambios que la madre puede experimentar en sus dientes, como por ejemplo la aparición de caries, se deben mayoritariamente a los cambios de hábitos y horarios (mayor nº de comidas al día, antojos, etc.), el descuido en la higiene dental o los vómitos durante el proceso gestacional, que pueden dañar el esmalte de los dientes.

¿A qué se debe el dolor de las encías?

Al aumentar el fluido sanguíneo durante el embarazo, debido a los cambios hormonales, es más probable que la madre sufra inflamación y/o sangrado en las encías. Este problema aparece a menudo desde el segundo hasta el octavo mes de embarazo.

Además, durante el proceso de gestación suele aumentar el consumo de azúcar y aparecer náuseas y vómitos o cambios en la composición de la saliva (el PH se torna más ácido), que pueden llegar a producir trastornos en las encías.

Durante el segundo trimestre también puede aparecer un bulto en la encía que puede sangrar fácilmente y que no debe preocuparnos. La mayoría desaparecen tras el parto.

¿Qué alimentos puede tomar la madre durante el embarazo?

Durante el periodo de gestación del bebé, se deben ingerir alrededor de 2.500 calorías diarias. Estas deberían de provenir de algunos de los alimentos que conforman los grupos básicos de la pirámide de alimentación: verduras, frutas, pescado, carne, lácteos, huevos, grasas e hidratos de carbono.

Generalmente se aconseja que un 55% de las calorías que ingiera la madre provenga de los hidratos de carbono, un 35% de las grasas y un 10% de las proteínas, teniendo en cuenta que no todos los alimentos son buenos durante el embarazo.

¿Se debe acudir al dentista durante el embarazo? 

Lo ideal es que cualquier tratamiento dental que la madre deba hacerse, lo haga antes de quedarse embarazada, pero si esto no es posible, es aconsejable acudir periódicamente al dentista, o por lo menos una o dos veces durante el embarazo para detectar posibles alteraciones y así poder prevenir futuros problemas en la salud bucodental. La época recomendable para ello es entre el cuarto y el sexto mes de gestación.

También se aconseja a la madre acudir al dentista una vez pasado el parto para realizarse una revisión y someterse a una evaluación de su estado bucodental. De esta forma, su odontólogo podrá orientarle respecto a posibles anomalías originadas a lo largo del embarazo.

¿Representan algún peligro para el bebé el tratamiento dental o las radiografías durante el embarazo?

Es necesario acudir al ginecólogo y consultarle cualquier posible tratamiento odontológico que la madre deba hacerse, para evitar algún problema.

En caso de necesitarlo y exceptuando los casos de urgencia, los tratamientos se deben evitar durante el primer trimestre, ya que durante este periodo se produce la formación de los órganos del bebé ( el corazón, el sistema vascular, el sistema nervioso central, etc.)

El segundo trimestre suele ser el periodo idóneo para realizar cualquier tratamiento dental, no existiendo problema alguno en utilizar anestesia local. El odontólogo usará fármacos anestésicos que de ningún modo afectaran a la salud del bebé.

La realización de radiografías es importante para diagnosticar y examinar el proceso de algunos tratamientos dentales. Pero esto no de preocuparnos, ya que el impacto de radiación es muy pequeño y no va dirigido hacia el abdomen, sino hacia la zona dental, por lo que podrán realizarse radiografías siempre y cuando se proteja el al bebé vistiendo a la embarazada con un delantal de plomo que cubra su abdomen.

¿Qué puede hacer la madre para cuidar su salud bucodental estando embarazada?

  • Mantener una adecuada higiene bucodental, cepillándose los dientes después de cada comida con cepillos de cerdas finas para evitar la irritación de las encías, usando dentífricos adecuados, limpiándose la lengua y completando la limpieza con hilo dental.
  • Llevar una dieta saludable y equilibrada. Esto es muy importante para que su salud y la del bebé estén fortalecidas. Se recomienda el consumo de vitaminas A y D y minerales como el calcio y el fósforo para ayudar a la formación de los huesos y los dientes del bebé. También debe evitar el consumo de azúcar. Su alta ingesta hace que la placa dental sea más agresiva y produce ácidos que atacan el esmalte y pueden provocar caries.
  • Acudir al dentista para realizarse revisiones de forma periódica y así poder diagnosticar y tratar o evitar posibles alteraciones en las encías o dientes, que pudieran ser síntomas de futuros problemas.

Cómo evitar o prevenir la halitosis

La halitosis está provocada en un 41 % de los casos por la presencia de bacterias en nuestra boca después de cada comida. Estas producen productos metabólicos sulfurados que dan origen al mal aliento si no hay suficiente cantidad de saliva en nuestra boca para arrastrarlos hacia el estómago. De hecho, mientras dormimos se reduce nuestra producción de saliva, lo que se traduce a menudo en mal aliento al levantarnos.

También podemos hallar la causa de la halitosis en problemas bucales ( como enfermedades periodontales, caries, consumo de tabaco, etc.) y problemas fuera de la cavidad oral (como trastornos del tracto respiratorio, sistema digestivo, etc.)

Debemos saber que hay dos tipos de halitosis: la fisiológica, que la mayoría de nosotros tenemos cuando nos despertamos por las mañanas, y la patológica, que es aquella que persiste de forma crónica a pesar de habernos lavado los dientes.

La halitosis fisiológica se puede evitar en la mayoría de casos, manteniendo una buena higiene bucodental. Estos son algunos hábitos que te aconsejamos mantener en tu día a día:

  • Comer con frecuencia. Esto produce una mayor salivación y por tanto, una autolimpieza de la cavidad bucal.
  • Evitar las comidas condimentadas y olorosas.
  • No tomar alcohol y café.
  • Evitar el tabaco.
  • Evitar las dietas hiperproteicas, hipocalóricas y las comidas ricas en grasas.
  • Beber 1,5 litros de agua al día para favorecer la secreción de saliva y por tanto la erradicación de las bacterias de la boca.
  • Después de cada comida, cepillar bien los dientes, usar hilo dental para eliminar los posibles restos de comida y limpiar la lengua.

La halitosis patológica es muy difícil de prevenir. El modo de evitarla es directamente el tratamiento, por eso en Dental Argeme te aconsejamos que vengas a vernos si observas que esta situación persiste. Podremos estudiar la causa y ofrecerte el mejor tratamiento posible.

 

 

 

 

 

Cómo evitar la sensibilidad dental este verano

Aunque la sensibilidad dental puede aparecer en cualquier momento, en verano la probabilidad de sufrirla se incrementa debido al aumento de consumo de alimentos y bebidas frías.

En Dental Argeme hoy queremos que conozcas qué es exactamente la sensibilidad dental y qué precauciones puedes tomar este verano para combatirla.

La sensibilidad dental o hipersensibilidad es una molestia que aparece al exponer el diente a estímulos térmicos (bebidas o alimentos fríos o calientes), táctiles (presión en el cepillado), químicos (alimentos ácidos o dulces) o a la deshidratación. Puede afectar a una o varias piezas dentales y en ella no pueden establecerse “grados”, pues se trata de un problema subjetivo, variando el umbral de dolor de una persona a otra.

La sensibilidad dental se produce cuando el esmalte, que ejerce de escudo protector, se desgasta dejando al descubierto la dentina y, en ocasiones, la propia raíz del diente, haciendo que los estímulos externos alcancen las terminaciones nerviosas y se origine esa desagradable sensación de malestar.

Las causas de ese desgaste son variadas: caries, fisuras, restauraciones mal ajustadas, traumatismos dentinarios, cepillado dental con cepillos excesivamente duros, uso de productos blanqueantes demasiado abrasivos o consumo de alimentos ácidos.

 

¿Qué puedo hacer para combatir la sensibilidad dental?

La sensibilidad dental puede prevenirse y tratarse una vez que ya ha aparecido.

Aquí te dejamos algunas medidas de prevención:

 

  1. Mantener una buena higiene bucodental, cepillándote los dientes después de cada comida y complementando la limpieza con hilo dental. Te recomendamos cepillarte los dientes con un cepillo de cerdas suaves con extremos redondeados y superficie lisa para prevenir la abrasión del esmalte y la retracción de encías.

 

  1. Evitar los alimentos cítricos. Algunos alimentos, como el zumo de naranja, contienen ácidos que alteran los niveles de pH de la boca, favoreciendo la erosión y desgaste del esmalte. Un truco para equilibrar los niveles de pH es beber agua o leche después de ingerir este tipo de alimentos.

 

  1. Mantener una dieta equilibrada tomando alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres y cereales.

 

  1. Si tomas bebidas o alimentos fríos, debes esperar unos minutos antes de ingerirlos para que pierdan el frío intenso del refrigerador.

 

  1. En caso de que padezcas sensibilidad provocada por bruxismo (rechinamiento de dientes), el tratamiento más efectivo es utilizar una férula nocturna que proteja los dientes y evite que los aprietes.

 

  1. Abandonar hábitos dañinos para nuestra boca, como son el morderte las uñas, abrir botellas con los dientes o usar palillos de dientes.

 

  1. Evitar una exposición prolongada al cloro de las piscinas, ya que puede provocar erosión y decoloración del diente debido a los químicos que lo componen.

 

Si crees que tu sensibilidad dental es excesiva o no mejora con estas medidas, ven a vernos. En Dental Argeme te asesoraremos y te ofreceremos el tratamiento que mejor se ajuste a tus necesidades.