¿TIENES UN NUEVO EMPASTE Y NOTAS EL DIENTE HIPERSENSIBLE?

Es relativamente normal. Tras el tratamiento, el nervio se irrita levemente, precisa un pequeño tiempo de adaptación y durante algunos días puede sentirse cierta hipersensibilidad dental. Este efecto desaparece por sí solo. Aún así vamos a explicar algunos fundamentos.

Los empastes siguen siendo el tratamiento más común para la eliminación de caries dentales. Recordemos que las caries son patologías provocadas por la acumulación de bacterias en nuestra boca. Esos nichos bacterianos se alimentan de restos de alimento y dan lugar a procesos que atacan primero el esmalte dental y posteriormente las capas más profundas del diente. Si una caries no es frenada y  eliminada a tiempo puede poner en riesgo la propia vida del diente.  Para eliminarlas, no importa del tamaño que sean, acudimos al tratamiento con empastes.

Lo primero es vaciar y limpiar bien la cavidad que la caries ha provocado en el diente. Sanear el diente. Es un proceso indoloro debido al uso de pequeñas dosis de anestesia. A continuación, ese hueco es rellenado por composite, el material para empaste más utilizado en todo el mundo. El composite nos ayuda a rellenar el hueco provocado por la caries, sellarlo para que no vuelvan a aparecer focos bacterianos y recuperar la funcionalidad del diente.

En la actualidad los empastes están muy perfeccionados y un tratamiento puede pasar casi inadvertido incluso a nuestros ojos. El resultado debe ser siempre la total recuperación de la superficie coronaria del diente tratado. Ahora bien, los empastes conllevan un par de efectos secundarios.

En primer lugar, la sensación de la mordida puede sufrir ligeras alteraciones. Esto es debido a que de la noche a la mañana, el hueco que había provocado la caries y al cual nos habíamos acostumbrado es restaurado, y con él aparece una nueva superficie de mordida de la que hace tiempo que nos habíamos despedido. Un empaste está bien puesto cuando recrea perfectamente la superficie del diente deteriorado, y en ocasiones suele precisar reajustes en el pulido para acomodar perfectamente la mordida con su diente opuesto.

Un segundo efecto secundario es la hipersensibilidad. Tanto por la limpieza y vaciado de la cavidad ocasionada por la caries, como por su posterior tratamiento con composite, el nervio se ve afectado, se irrita, y durante los diez o quince días posteriores al tratamiento podemos –no siempre– sufrir ligera molestia o incluso dolor ante alimentos muy fríos o muy calientes, o roces.

Tanto la nueva sensación de la mordida como la hipersibilidad son efectos normales que desaparecen pasados unos días. Si por alguna razón te han hecho un empaste y pasados veinte días las molestias prevalecen, deberías venir a nuestra clínica a que examinemos qué está ocurriendo y devolverte  la tranquilidad.

¿TIENES LA MORDIDA CRUZADA?

A  modo introductorio, por ejemplo, lo normal es que los dientes de la llamada arcada superior sobresalgan por fuera o por delante de los de la arcada inferior. Si tu caso es al contrario, los dientes de abajo muerden por delante o por fuera de los de arriba, tienes una maloclusión. Pero vamos al principio.

Hablamos de mordida cruzada cuando los dientes de arriba se colocan en el interior del arco de dientes de la arcada inferior al morder. Técnicamente podemos  hablar de mordida cruzada anterior o posterior pero no entraremos ahora ahí. Basta con que nos quedemos con la idea de que los dientes al morder no encajan bien porque los de arriba caen en el interior de los de abajo. A veces lo provoca un solo diente, a veces es un problema que afecta a varios, puede que se vea afectado solo una parte de la boca o podemos tener cruzada toda la mordida.

Si resulta que se te  diagnostica mordida cruzada, lo primero de todo es examinar  el alcance de esta  maloclusión y diseñar un tratamiento lo más personalizado posible.

¿Qué provoca esta maloclusión? Hay varios orígenes. A veces ocurre que está todo bien, los dientes tienen buen tamaño y forma, pero resulta que se inclinan hacia dentro. Otras veces es una cuestión anatómica, el maxilar superior es más estrecho que la mandíbula. A veces se combinan ambos factores. Otras veces es consecuencia de una mala funcionalidad en la mordida. Y curiosamente puede ser un rasgo heredado, bien genético, bien por imitación de malos hábitos.

No tratar la mordida cruzada a tiempo puede provocar un crecimiento asimétrico crónico que acabe desembocando en una mordida cruzada del hueso prácticamente imposible de corregir. Y se trata con ortodoncia. No importa la edad. Cuanto antes se trate menos riesgo hay de deformación del hueso de la cara y la mandíbula.

Curiosamente es algo relativamente común en niños con huesos de leche y  no es preocupante. Es una consecuencia natural del proceso de cambio de piezas dentales que se corrige por sí solo con la erupción de los dientes definitivos.

la mordida cruzada puede detectarse a simple vista; es relativamente fácil ver a personas con los dientes  de abajo por delante  de los de arriba. Sin embargo es un problema que va mucho más allá de la apariencia estética. Una mordida cruzada puede ser responsable de una recesión importante de encías, pérdidas de dientes, desgaste  de dientes y  de esmalte, crecimiento asimétrico de la mandíbula y los huesos de la cara, y  problemas temporomandibulares que afectan a la estructura ósea general del cráneo.

Si tienes la mordida cruzada y nunca le has prestado la suficiente importancia, es momento de que te  pases a visitarnos. Te enseñaremos lo que podemos hacer por ti.

¿DUELE EL RASPADO?

Rotundamente no. En todo caso provoca una sensación rara, incómoda, pero es perfectamente apto para aprensivos y sobretodo muy necesario para frenar afecciones importantes. Ahora bien, vayamos a la base.

El raspado, o también llamado CURETAJE DENTAL, es un tratamiento especialmente indicado para combatir, frenar o prevenir enfermedades en las encías. Es básicamente una limpieza a fondo de las encías. Allí donde un cepillado convencional ya no es capaz de ofrecer una limpieza total o la eliminación del sarro, la limpieza dental mediante ultrasonidos y el posterior curetaje o raspado es lo  único capaz de eliminar el sarro y devolver los dientes y la zona de por debajo de las encías a un buen estado de salud.

Cabe recordar que el sarro, si no es eliminado, puede llegar a acabar con la estructura que sujeta el diente y con el diente mismo.

El raspado es un tratamiento que, en caso de necesitar acceder a las bolsas periodontales profundas, suele hacerse previa aplicación de anestesia local, razón por la cuál resulta indoloro. Durante días posteriores sí podrían aparecer pequeñas molestias en las encías tratadas que algunos pacientes refieren como dolor leve.

Se llama curetaje porque el instrumento que se utiliza para llevarlo a cabo es una cureta, que permiten raspar y alisar las zonas profundas del diente. Hay muchos tipos de curetas, igual que hay muchos tipos de pinceles o utensilios de cocina. En función del estado del paciente y de la cantidad de sarro a eliminar, el raspado se puede quedar terminado en una sola sesión o como mucho dos.

¿Cuándo es urgente tratar las encías? Cuando se muestren enrojecidas, inflamadas, sangrantes, cuando duelan, parezcan retraídas, cuando supuren pus, o  incluso si algún diente se mueve o hay un reiterado mal aliento. Si sufres alguno de estos síntomas, vente en cuanto puedas a  vernos porque muy probablemente te haga falta una limpieza en profundidad. Piensa que lo recomendable es hacer una cada seis meses. ¿Cuánto hace que piensas en venir y lo vas dejando…? 

Una limpieza dental profesional y un curetaje o raspado te hará sentir inmediatamente  bien. Saldrás de la clínica con la sensación instantánea de tener los dientes limpios de nuevo. Es una sensación fantástica que además invita a mantener los buenos hábitos de limpieza a higiene diario y también de mantener alejados los alimentos que pueden arruinar este renovado estado de limpieza y salud.

¿Te animas a hacernos una visita para que te echemos un vistazo? La primera consulta es completamente gratuita.

¿TIENES UN AGUJERO EN UN DIENTE?

Por obvio que resulte, es importante empezar este post recomendando encarecidamente que la sola sospecha de que podemos tener un agujero en un diente  es motivo más suficiente para venir a visitarnos cuanto antes. Un diagnóstico a tiempo puede prevenir afecciones graves irreversibles.

Dicho esto, los agujeros en los dientes son relativamente frecuentes. En muchas ocasiones los agujeros son tan pequeños están tan escondidos que nos pasan totalmente desapercibidos.

La mayoría de agujeros son el resultado de un exceso de placa bacteriana en nuestros dientes. Los nichos de bacterias generan ácidos que atacan las diferentes capas de las que están compuestos los dientes empezando por el esmalte. Y sí, efectivamente, estos agujeros son nada más y nada menos que caries dentales.

Los agujeros se tratan tapándolos con empastes de composite para así frenar radicalmente su  avance. De nos ser así, los ácidos que han provocado ese agujero continuarían su camino hasta acabar totalmente con el diente. Es importante recodar que muchas veces, lo que desde la superficie parece solo un minúsculo agujero, puede tratarse en realidad de una caries mucho mayor y  más profunda que permanece oculta dentro del diente, exactamente igual que las manzanas podridas. Si un agujero o una caries no es tratada a tiempo, podemos poner en riesgo la vida del diente y tener que acudir a un tratamiento con endodoncia para matar el nervio.

Normalmente los agujeros en los dientes van acompañados de otras molestias que son los que nos hacen pensar que algo no va bien. Nos referimos a hipersensibilidad al frío o al calor, inflamación de encía, halitosis o mal sabor de boca persistente, cambio de coloración del diente, aparición de grietas secundarias, y sobretodo un intenso dolor.

Tanto para evitar la aparición de agujeros como para evitar que tras un tratamiento vuelvan a aparecer, es fundamental ceñirse a unos hábitos  de higiene completos y saludables. El cepillado diario y bien ejecutado es fundamental. Lo ideal es hacerlo como muy tarde a los veinte minutos de la comidas y mediante movimientos suaves y efectivos. Después del cepillado es importante utilizar seda o hilo dental para eliminar resto entre dientes y terminar con un enjuague bucal y si puede ser también con un irrigador. Sin embargo todo esto conviene acompañarlo con una alimentación sana, libre de azúcares añadidos, sin presencia de sustancias tóxicas como el tabaco y el alcohol, y, por supuesto, con visitas frecuentes a  nuestra clínica. Si somos capaces de mantener los ácidos de la boca a raya entonces podemos garantizar una salud bucodental impecable.

Si tienes alguna duda, no dudes en venir a consultarnos. estaremos encantados de hacerte un diagnóstico completo y devolverte la sonrisa y tranquilidad. ¡Nos encanta verte  sonreír!