¡Ay me he mordido!

Causas y efectos de esos momentos en los que vemos las estrellas.

Morderse es relativamente frecuente aunque no por ello deja de ser lesivo. Uno se muerde por muchas razones, por tener una mala mordida o por estar usando mal alguna prótesis, por ejemplo.

Morderse hace daño, es molesto,  a veces incluso provoca heridas hasta con sangre muy considerables, y si es demasiado frecuente, debería empezar a ser una cuestión en la que prestar atención; especialmente si tus mordidas tienden a concentrarse en el lado interior de la mejilla.

Si tus dientes no encajan bien, no encajan como deberían, entonces es más probable que te muerdas –especialmente dentro de las mejillas–. En una mordida correcta, los dientes de arriba y de abajo encajarán cada uno en sus fosas. Si esto no es así para ti entonces tienes una mordida desviada. Pero tranquila porque casi el 90% de a población presenta errores o desviaciones en su mordida.

La malas mordidas o malas oclusiones son provocadas por malas posiciones, por tamaños desproporcionados en algún aspecto de tus dientes o por condicionamiento genético, y en casi todos los casos se pueden corregir con ortodoncias. En función de tu caso, mediante  diferentes métodos de diagnóstico que incluyen radiografías, podremos decirte qué tipo de ortodoncia es la más recomendable para ti.

Aunque te parezca una exageración, si te muerdes a menudo tienes una razón totalmente justificada para venir a vernos. Será interesante  para ti saber qué está pasando y cómo librarte de esta continua molestia.

¿Sabes lo que es el bruxismo, verdad? es la patología por la que tendemos a apretar los dientes consciente o inconscientemente. Es muy habitual, está relacionado con los procesos de estrés y  ansiedad y es una de las causas de las mordidas. No es extraño que las personas bruxistas se levanten con dolor de mandíbula, dolor de cabeza y heridas o marcas debido a que se han mordido mientras dormían.

Las mordidas por bruxismo desaparecen tratando el bruxismo, con férulas de descarga a medida. Te haremos un molde de tus dientes y  con él prepararemos una férula plástica que te podrás aplicar durante las noches para dejar de dañar tus dientes cuando aprietes.

Hay mucha gente que se muerde después de intervenciones, extracciones o en general después del uso de anestesias necesarias para diferentes tratamientos odontológicos. Las anestesias pueden llegar a prolongar sus efectos varias horas, y por eso se recomienda no comer. La probabilidad de acabar mordiéndose es muy alta.

Algunas prótesis dentales también provocan mordiscos. Solo ocurre si la prótesis en cuestión está mal colocada o si estás muy al principio del tratamiento o del uso de la prótesis. Si una prótesis se mueve al comer o al hablar, es una prótesis que va a provocar problemas y mordiscos, claro.

También hay gente que se muerde tras someterse a extracciones debido a los nuevos espacios que han quedado vacíos. Y luego está el caso de la gente que se muerde por puro hábito, como el que se muerde las uñas. Por raro que parezca, hay quien encuentra placer en estas… cosas. Probablemente son hábitos asociados a la mala gestión del estrés y la ansiedad. Es importante ser consciente de ellos y tratar de eliminarlo desde la relajación.

SI te has mordido, trata de evitar ese lado de la boca, intenta no beber, fumar ni en general abusar de sustancias tóxicas; mantén la higiene buco-detal a rajatabla para no provocar infecciones –cepillado, enjuagues, hilo dental, etc.– y por supuesto si tienes una herida  ven a vernos porque es probable que necesites un pequeño tratamiento antiinflamatorio o analgésico.

Esperamos que esta info te haya resultado útil.

El reposo de tu mandíbula.

Solemos hablar mucho de las funciones de nuestros dientes y nuestra mandíbula, tanto de día como de noche, pero ¿qué hace nuestra mandíbula cuando no hace nada? 

A diferencia de lo que mucha gente cree, cuando la mandíbula está en reposo no está cerrada, sino que cuelga del cráneo y queda liegeramente abierta entre los dientes. Esta cuestión es especialmente interesante para todas aquellas personas que practican técnicas de relajación consciente y que tienen interés en observar a esta poderosa articulación en ausencia de actividad. Ese espacio libre interoclusal sin embargo es realmente pequeño, mide apenas 2 milímetros de incisivo a incisivo, y el alineamiento de la mandíbula en 8 de 10 personas no presenta desviaciones ni hacia delante, ni hacia detrás, ni lateralmente.

La mandíbula en estado de relajación está sujeta por una red elástica de músculos, tendones y tejidos entre los que se incluyen la lengua y los labios. Y esa red absorbe el peso del hueso de la mandíbula, cualquier presión ejercida en dirección opuesta y la postura de la cabeza, sin perder de vista el tono muscular; es decir, no cuelga desactivada sin más sino que siempre se encuentra disponible y dispuesta al movimiento en un tono perfectamente equilibrado. Curiosamente, ese tono muscular reacciona con asombrosa sensibilidad a nuestros estados emocionales, y a la información nerviosa suministrada por la mucosa oral y los receptores de la articulación.

Por lo tanto la mandíbula en reposo no cuelga sin más sino que permanece amortiguada en un estado cambiante que se adapta a diferentes factores. De hecho, la posición neutra de nuestra mandíbula puede cambiar de la noche a la mañana si por ejemplo nos sometemos a una extracción y nuestro equilibrio mandibular cambia. El envejecimiento, el desgaste, cambios en los retenes oclusales o ciertas posturas mandibulares como la maloclusión son otros factores que hacen que nuestro equilibrio mandibular se vaya a adaptando. Así, en otro ejemplo, en los sujetos que presentan una mordida cruzada unilateral, aumenta la actividad muscular a la altura del hueso temporal del lado opuesto que tiende a compensar que la mandíbula se desvíe hacia ese lado en reposo.

La mandíbula se puede relajar, se puede trabajar, fortalecer, masajear, cuidar y observar con el mismo esmero con que tratamos cualquier otra articulación esencial. Y si eres de las personas que practican meditación o técnicas de relajación, te invitamos –si no lo haces ya– a que observes tu mandíbula en reposo y descubras el enorme campo de placer que podemos encontrar en ella.

La mandíbula no solo es fascinante, también es absolutamente esencial para nuestro día a día. Es una articulación siempre dispuesta a la actividad y si se resiente por algún factor las molestias suelen ser enormes. De hecho, cualquier problema de mandíbula enseguida genera un detrimento en nuestra normalidad. Si notas alguna molestia en tu mandíbula, alguna sensación inusual o molestia, no dudes en venir a visitarnos. En nuestra clínica podemos hacerte un diagnóstico que nos permita saber qué está pasando.